sábado, 31 de octubre de 2009

Cine Español llega a las carteleras venezolanas

Los Girasoles Ciegos

El closet de un apartamento en Orense, un pequeño pueblo español, guarda el secreto de una familia, para sobrevivir al régimen de Franco. Elena una madre y esposa abnegada, esconde a su esposo Ricardo, un escritor quien es víctima de una terrible persecución ideológica. Lorenzo, el menor de los hijos asiste a un colegio católico y franquista, en donde conoce a Salvador, un diácono que comienza a encariñarse con el niño y a obsesionarse con su madre. La atracción enfermiza de Salvador por Elena, pone en riesgo la seguridad de su secreto y por ende de su familia.


Los Girasoles Ciegos, es una película muy bien ambientada, que goza con un reparto de primera: Maribel Verdú (Y Tu Mamá También), Javier Cámara (La Mala Educación) y Raúl Arévalo (¿Por Qué Se Frotan Las Patitas?) todos bajo la dirección de: José Luis Cuerda. Este film ha sido preseleccionado por la Academia de Cine, para representar a España en los Premios Oscar y puede disfrutarla en las salas del Trasnocho Cultural de Las Mercedes.


Más que ser otra película de guerra, Los Girasoles Ciegos nos muestra otra perspectiva de la realidad. No es la guerra que se vive en las trincheras, la guerra con armas, ni el derramamiento de sangre, es la guerra que se vive internamente cuando cambia nuestro entorno, nuestra situación y nuestras relaciones comienzan a desmoronarse.


Mercedes Rojas

jueves, 29 de octubre de 2009

Costumbre

Se oyen disparos a unos kilómetros
Y sigo cepillándome los dientes.

Me recuerdo de la primera vez que los oí,
A los disparos.
Estaba pasando por el pueblo ya entrada la medianoche.
Íbamos en el carro
Y la reacción del que conducía fue pisar el acelerador.
Entré en crisis.
No cabía en mi cabeza que a tan solo minutos de mi casa existiera la violencia.
Especialmente porque una vez que llegaba a mi refugio me sentía segura.
Pero si ahora estaban tan cerca...
¿Dónde más me iba a esconder?

Los disparos se repitieron.
Normalmente se oían tres a eso de la una y media de la madrugada.
Incluso, una vez, escuché las voces que discutían,
En la calle, frente a mi ventana.
Cada vez más cerca.

No sé cuántas vidas han cobrado esos disparos.
No sé si seré una de ellas.

Pero seguirán sonando disparos
Y yo seguiré cepillándome los dientes.


Titi Schwarz

miércoles, 28 de octubre de 2009

¿Y el problema es Chávez?


Cambiar el país no es un asunto de Chávez o no Chávez. Es un problema, en más de una medida, idiosincrático.

Cualquier venezolano oposicionista a este régimen –dícese de la llamada “mayoría” en estos tiempos-, asegura que ha hecho lo imposible para salir de este gobierno. Y es que en este país, ese término de “imposible” implica haber asistido a todas las marchas que los supuestos líderes políticos o estudiantiles –cabe la redundancia-, nos han convocado, tal cual borregos sin objetivo.

Caminantes sin rumbo, con ideologías confusas, el venezolano común marcha hasta cualquier punto de la ciudad, siguiendo a las nuevas celebridades “que van a sacarnos de la crisis”. Fotos por aquí, fotos por allá se toma Ismael o Leopoldo con el pueblo, que baila y ríe al sonido de las consignas y del reggaeton del momento.

Lo que no se ha logrado entender, es que para remodelar a este país, que flota en un abismo gravitatorio, no hace falta únicamente salir de Chávez. El problema está en la gente, en la cultura de ese venezolano común, que espera que el gobierno le resuelva todo, y que no aguanta dos pedidas para echar culpas a diestra y siniestra, cuando algo le falla.

Criticamos la corrupción de los funcionarios públicos, mientras contratamos a un gestor para que nos agilice el pasaporte. Nos quejamos del tráfico crónico y rutinario de la ciudad, mientras creamos caos conduciendo por el hombrillo. Nos hacemos los locos coleándonos en la cola de la taquilla porque el “pana” nos estaba cuidando el puesto. Y un sin fin de ejemplos más que caracterizan al venezolano que cuestiona y quiere una salida a la crisis, pero es incapaz de verse en el espejo.

En estos tiempos de incertidumbre electoral todos buscan un cambio, una mayoría en la Asamblea Nacional, porque por algo se empieza. El venezolano le deja el trabajo a los políticos, quienes aprovechan para anteponer sus beneficios egoístas antes que el de un pueblo, un país.

Una mesa de “desunidad” es el tema principal de estos días. La gente critica la falta de compromiso de los líderes, pero nadie hace nada al respecto. Antonio aparece en Globovisión convocando a una concentración, y todos, con disfraz de oveja acuden al llamado, olvidando en pleno, que ellos, quienes hablan de unidad, solo siguen su propio instinto humano de poder.

A estas alturas del partido, las calles venezolanas están repletas de odio y agresividad. Ya no se trata de ser chavista u opositor, se trata de una lucha personal contra la supervivencia en la jungla del caos y la deshonestidad.

Las calles están inseguras, existe una ley de patrimonios donde poco a poco se da cabida a la ruptura de la propiedad privada, los medios se están cerrando, la constitución se fue de vacaciones, pero nada de eso importa, Venezuela sigue estando entre los primeros, en la lista de países más felices. El conformismo nos ha llevado al punto de aprender a vivir con Chávez, de aprender a aceptar lo que se nos imponga, porque siempre habrá distracciones, alcohol en las calles, fiestas a las que asistir, o un viaje a Miami a comprar ropa para año nuevo.

El imperio de Chávez podrá acabarse o no, pero si el venezolano no cambia, este país seguirá cayendo en ese abismo infinito y oscuro, que al momento de entender y reflexionar, puede que sea tarde.

RFC

martes, 27 de octubre de 2009

"Claro y raspao"


Qué mejor manera de poner en imágenes la ideosincracia/indiferencia/conformismo/peoresnada venezolano. Esta caricatura corresponde al diario Notitarde en "La pistolada de hoy de Pam-Chito "

Nos bañaremos con agua de colonia, llenaremos la casa de velas para alumbrarnos y de una vez aprovechamos y le prendemos una velita a la Virgen para que no nos agarre la inseguridad. Mientras esperamos a que llegue la luz escucharemos las pocas estaciones de radio que nos quedan, y aún así nos alegraremos de tener el poder de escoger cuál queremos oír... ¿Qué por qué vamos a hacer todo esto? Porque estamos esperando la gota que derrame el vaso, pero como no llega el agua, ni modo...

domingo, 25 de octubre de 2009

Intercambio dinero por calidad de vida


"Muchos prefieren el blindaje de carros, y de conciencia"

“Blindamos todos los carros de mi casa”, “ ¡Remodelamos la cocina!”, “Qué? Y tu no tienes tus carros asegurados? Señores en este país se mueve plata en un significativo porcentaje de la población, y el que piense lo contrario sencillamente vive debajo de una roca. Entrar a un Centro Comercial los fines de semana puede convertirse en toda una misión. Ver un carro de un año anterior al 2005 en la cola muchos colegios privados es como conseguir una antigüedad invaluable. Blackberrys y iPods presentes en todos los salones de Cuarto Grado no pueden faltar.

No me queda duda de que este es un país que me puede brindar oportunidades de hacer mucho dinero con trabajo y esfuerzo. El detalle es que así no me interesa el dinero. No me interesa gastar mis millones en blindaje de carros porque sé que le quieren caer a tiros a mi carro, no me interesa gastar mi fortuna en ropa en Centros Comerciales porque sé que no puedo pasar la tarde al aire libre en una plaza, no me interesa la camioneta último modelo con seguro incluido cuando sé que las vidas que van dentro de ella lamentablemente no se aseguran. No me interesa darle a mis futuros hijos de Cuarto Grado un Blackberry para que pierdan el sentido del valor del trabajo y el dinero.

Intercambio pues dinero por calidad de vida. Me conformo con un apartamento con lo indispensable, con tener un hogar al cual poder llegar segura a cualquier hora del día sin mirar por todos los retrovisores. Me conformo con un transporte público eficiente, que me lleve y me traiga con puntualidad y comodidad. Me conformo con no tener fortunas para gastar semanalmente en un Centro Comercial para así poder irme a una plaza a comerme un helado en familia.

Muchos venezolanos no están dispuestos a hacer este intercambio. Aún así cuando sus propios hijos corren peligro cada vez que salen de sus casas montados en la camioneta último modelo hablando con el iphone. Muchos prefieren el blindaje de carros, y de conciencia. Sin embargo habemos muchos otros que estamos dipuestos a intercabiar dinero por calidad de vida, porque sabemos que la vida misma, la integridad y la paz sencillamente no tienen precio.